“Lo mejor que nos puede pasar a los argentinos es que se sepa la verdad, que la Justicia actúe y que diga que es lo que pasó. Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a (Alberto) Nisman es que la Justicia actúe rápido y que salga a la luz la verdad”. El gobernador, José Alperovich, expresó ayer su opinión respecto de la masiva manifestación del “18-F” en Tucumán en homenaje al fiscal fallecido.
Al igual que en días anteriores, el mandatario sostuvo una postura moderada, diferente a la del Gobierno Nacional, que cuestionó la iniciativa de fiscales federales y de la que participó la oposición. En los días previos, Alperovich había considerado que las marchas como la que se concretaría era una manifestación ciudadana propia del sistema democrático.
El jefe del Ejecutivo inauguró durante la mañana obras de cordón cuneta en Villa Muñecas. Estuvo acompañado por varios funcionarios. Entre ellos, por el ministro de Salud y candidato a intendente capitalino, Pablo Yedlin. Al ser consultado sobre la movilización de la noche anterior, tuvo un posicionamiento similar al de Alperovich. “Es una expresión popular masiva; hay un reclamo de justicia. Todos queremos saber no sólo cómo y por qué murió Nisman, sino también lo sucedido en la AMIA. Hace años que queremos saber quiénes son los responsables del atentado: los autores internacionales, quienes han encubierto y la conexión local”, consideró.
El recuerdo de la Shoá
Al mediodía, Alperovich recibió a los embajadores que participarían durante la noche del acto homenaje a las víctimas del Holocausto (Shoá) en la Legislatura: Karin Proidl (Austria) Teresa Castaldo (Italia), Dorit Shavit (Israel), Bernhard Graf von Waldersee (Alemania) y Jean Michel Casa (Francia). También integró el grupo el presidente de DAIA Central, Julio Schlosser.
Schlosser, que participó de la manifestación en Buenos Aires, afirmó a LA GACETA: “lo importante es que se han respetado las consignas. Sería muy doloroso que se hubiese aprovechado la muerte para llevar agua a algún molino político. Vimos con satisfacción que no hubo banderas (partidarias). La gente caminó en silencio. Y parecía que el cielo lloró la muerte”. Evitó polemizar sobre las críticas del kirchnerismo a la convocatoria: “yo miro a los que fuimos, para construir. La figura de Nisman fue un ejemplo, más allá de las diferencias”.
Shavit, por su parte, no quiso opinar sobre lo sucedido, pero consignó que su país sigue de cerca la investigación. “Esperamos saber la verdad de lo que pasó en la explosión de la AMIA”, concluyó.
Ayer, la Kehilá, que agrupa a la mayoría de la comunidad judía local, emitió un documento en el que sentó postura. Subrayó como “inaceptable el no esclarecimiento” del brutal ataque de 1994. Lamentó profundamente la muerte de Nisman y pidió su eslarecimiento, pero reclamó además no perder de vista la cuestión de fondo: la impunidad de quienes volaron la AMIA y la embajada. Instó a la Justicia a seguir con la tarea que desarrollaba el fiscal para “desenrollar el entramado de la conexión local”.